Entre enero y noviembre de 2025, la recaudación del Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL) y del Impuesto al Dióxido de Carbono (IDC) llegó a $4.231.130 millones (equivalente a $4,23 billones), un 104% más interanual. El Decreto 840/2025 fijó incrementos parciales para diciembre y trasladó el remanente de actualizaciones pendientes al 1° de enero de 2026.

La recaudación nacional por los impuestos que gravan la venta de naftas y gasoil registró un salto en 2025, incluso con el esquema de postergaciones aplicado para moderar el traslado a precios. Según datos citados por la prensa a partir de los registros de ARCA, entre enero y noviembre el cobro del ICL y el IDC alcanzó $4.231.130 millones de pesos, es decir $4.231.130.000.000 (4,23 billones de pesos). En el mismo período de 2024 habían ingresado $2.073.816 millones de pesos, lo que marca una suba de 104% interanual en pesos. 

El ICL y el IDC son tributos regulados por la Ley 23.966 y se aplican como montos fijos por litro sobre combustibles, con un esquema de actualización que se va reflejando en cuadros oficiales y que, en los últimos meses, fue reprogramado mediante decretos.  En la práctica, el cronograma de actualización se vio alterado por decisiones del Poder Ejecutivo que difirieron incrementos para evitar impactos inmediatos en surtidor, un punto que también fue señalado por analistas del sector energético. 

En ese contexto, el Decreto 840/2025, publicado el 28 de noviembre de 2025, incorporó un nuevo tramo de aplicación parcial para diciembre. La norma estableció que, para los hechos imponibles ocurridos entre el 1° y el 31 de diciembre de 2025, los montos del impuesto se incrementarán en valores definidos en una tabla: para naftas el aumento es de $16,377 por litro (ICL) y $1,003 por litro (IDC); para gasoil, $13,546 por litro (ICL), un adicional de $7,335 correspondiente al tratamiento diferencial previsto en la normativa, y $1,544 por litro (IDC). 

El punto central del decreto es lo que difiere hacia 2026: el artículo 3 fija que el incremento total remanente derivado de la actualización correspondiente al año calendario 2024 y de las actualizaciones del primer, segundo y tercer trimestre de 2025 “surtirá efectos” para hechos imponibles desde el 1° de enero de 2026, inclusive. 

Con ese marco, el mercado mira de cerca qué ocurrirá en enero si no hubiera una nueva reprogramación normativa. La referencia utilizada por medios especializados es que, de aplicarse el remanente completo, el ajuste impositivo podría trasladarse a precios en magnitudes superiores a las subas parciales de diciembre. 

Además del impacto en surtidor, el tema volvió al centro de la discusión federal por el destino de los recursos y la demanda de provincias por obras (especialmente viales) en un contexto de reducción de obra pública nacional. En Patagonia, el debate suele incorporar también la existencia de componentes diferenciales en el esquema del gasoil, que aparecen explicitados en la normativa de actualización.