En agosto, el país alcanzó exportaciones por USD 1.056 millones en el sector energético, un 40% más que en el mismo mes del año pasado. En lo que va de 2025, la balanza comercial energética llegó a USD 4.590 millones.
La Secretaría de Energía de la Nación informó que Argentina sigue consolidando su perfil exportador en el sector energético, con cifras que muestran el impacto de Vaca Muerta y de la infraestructura asociada en el comercio exterior del país.
Solo en agosto, las exportaciones de energía sumaron USD 1.056 millones, lo que representa un incremento del 40 % en comparación con agosto de 2024. Este crecimiento no solo se explica por un mayor volumen de envíos al exterior, sino también por la estabilidad de los precios internacionales del crudo y el gas, que se mantienen en niveles que favorecen a los productores argentinos.
En lo que va del 2025, la balanza comercial energética acumula USD 4.590 millones, consolidando al sector como uno de los principales generadores de divisas para la economía nacional. Esta performance se convierte en una pieza clave en la estrategia macroeconómica del Gobierno, que busca reducir el déficit de la balanza de pagos y fortalecer las reservas.
El impulso de Vaca Muerta es central en este escenario. El shale neuquino permitió elevar la producción de petróleo a niveles récord, con un flujo constante hacia mercados como Chile y Brasil, mientras se multiplican los proyectos para ampliar la capacidad de transporte y procesar el gas natural con destino exportador.
A su vez, el saldo positivo también refleja el impacto de la optimización en la infraestructura: la puesta en marcha del Gasoducto Perito Moreno (ex Presidente Néstor Kirchner), la ampliación de ductos de evacuación y el inicio de proyectos de plantas de licuefacción de GNL que, aunque aún en fase de planificación, consolidan la proyección exportadora del país.
Si bien las exportaciones de renovables todavía representan una porción menor, el sector comienza a ganar espacio en la agenda exportadora, en línea con el compromiso de diversificación de la matriz energética.
En conclusión, las cifras de agosto y del acumulado anual confirman que la energía se transformó en uno de los motores del comercio exterior argentino, con un potencial que trasciende lo coyuntural: cada paso hacia la consolidación de la infraestructura y de los marcos regulatorios permite imaginar un perfil exportador de largo plazo, donde la energía argentina se proyecte como una marca país en el mundo.