La provincia empieza a ocupar un rol clave en la matriz energética argentina con proyectos de alcance internacional, infraestructura estratégica y una visión integrada entre Estado y empresas.

Río Negro se encamina a ocupar un lugar central en el desarrollo energético del país. Ya no es una provincia de paso, sino un territorio de salida, procesamiento y logística avanzada, con un presente en expansión y un futuro lleno de oportunidades. Su posición geográfica, su infraestructura en crecimiento y la articulación público-privada están redefiniendo su lugar en el mapa productivo nacional.

El proyecto del oleoducto Vaca Muerta Sur, liderado por YPF, representa un hito en esta transformación. Esta megaobra permitirá transportar hasta 135.000 barriles diarios de petróleo desde Vaca Muerta hasta la costa atlántica rionegrina, específicamente en Punta Colorada, generando una salida directa al mundo desde el territorio provincial. Esta infraestructura no solo aumentará la capacidad exportadora de crudo del país, sino que impulsará el desarrollo portuario, logístico e industrial en la región.

A este escenario se suma una segunda gran apuesta: la instalación de barcos de licuefacción de gas natural (GNL) en el Golfo San Matías. La iniciativa, impulsada por Southern Energy junto a la noruega Golar LNG, busca transformar gas en estado líquido frente a las costas de Río Negro, evitando inversiones terrestres costosas y acelerando los tiempos de exportación. Con este sistema offshore, la provincia podría convertirse en un actor clave en la exportación de GNL durante al menos 20 años.

La secretaria de Energía y Ambiente de Río Negro, Mariela Moya, destacó:

“La energía que se genera en nuestra región tiene que generar también desarrollo local. Apostamos a un modelo que forme parte del crecimiento económico, pero también del fortalecimiento territorial”.

En ese sentido, la provincia también impulsa proyectos complementarios: plantas compresoras de gas en Catriel y Chelforó, fundamentales para mantener la presión del sistema de transporte de gas natural, y potenciar nuevas rutas de exportación.

Además, se suman iniciativas vinculadas a energías limpias —parques solares y desarrollos eólicos en estudio— que permiten pensar un modelo energético diversificado y alineado con las tendencias globales de transición.

Hoy, Río Negro consolida una posición estratégica.

Es territorio de proyectos a gran escala, de decisiones geopolíticas y de futuro exportador. Pero, sobre todo, es una provincia que comienza a ocupar un lugar clave en el corazón energético del país.