El informe LNG Outlook 2025 de Shell proyecta un crecimiento sostenido en la demanda de GNL, impulsado por Asia y la transición energética global. A pesar de los desafíos en la oferta, el gas licuado sigue siendo un pilar clave para la seguridad energética y la descarbonización.
La demanda global de gas natural licuado (GNL) experimentará un crecimiento del 60% para 2040, impulsada por la expansión económica en Asia, la necesidad de reducir emisiones en la industria pesada y el transporte, y el avance de la inteligencia artificial. Así lo señala el informe LNG Outlook 2025 de Shell, que proyecta una demanda global de entre 630 y 718 millones de toneladas anuales para 2040, superando las previsiones del año anterior.
A pesar de este panorama de crecimiento, el comercio mundial de GNL mostró un avance moderado en 2024, con un incremento de solo 2 millones de toneladas, el menor en una década, alcanzando los 407 millones de toneladas. La demora en el desarrollo de nuevos proyectos ha limitado el suministro, aunque se espera que para 2030 ingresen al mercado más de 170 millones de toneladas adicionales, con un impacto significativo en Asia. Sin embargo, la incertidumbre en los tiempos de puesta en marcha sigue siendo un factor clave.
Tom Summers, vicepresidente sénior de marketing y comercialización de GNL de Shell, destacó que el gas seguirá siendo fundamental para la generación de energía, calefacción, refrigeración, industria y transporte: «El GNL continuará siendo la opción preferida debido a su confiabilidad, flexibilidad y capacidad de adaptación a la creciente demanda mundial de energía».
En este contexto, China lidera la expansión de infraestructura para importación de GNL, con planes para conectar a 150 millones de personas a la red de gas por tubería hacia 2030. India también avanza en este camino, con el objetivo de sumar 30 millones de conexiones de gas en los próximos cinco años.
El papel del GNL en la transición energética
En el transporte marítimo, la creciente adopción de buques propulsados por GNL impulsará la demanda en este sector a más de 16 millones de toneladas anuales para 2030, un 60% más que lo previsto anteriormente. Su creciente competitividad como combustible para el transporte terrestre y marítimo está contribuyendo a la reducción de emisiones y abriendo la puerta a alternativas con menor huella de carbono, como el bioGNL o el GNL sintético.
Europa también seguirá requiriendo GNL durante la próxima década para complementar el crecimiento de las energías renovables y garantizar la seguridad energética. A futuro, su infraestructura de gas podría ser reutilizada para la importación de hidrógeno verde, bioGNL o GNL sintético.
Por el lado de la oferta, Qatar y Estados Unidos liderarán la expansión del suministro de GNL. Estados Unidos, en particular, consolidará su posición como el mayor exportador global, con una proyección de hasta 180 millones de toneladas anuales en 2030, lo que representaría un tercio del abastecimiento mundial.
Un 2024 marcado por la volatilidad
El mercado de GNL en 2024 mostró signos de estrechez. A principios de año, los precios spot cayeron a su nivel más bajo desde 2022, pero se recuperaron a mitad de año debido a retrasos en nuevos proyectos. La demanda en Asia se fortaleció, con China importando 79 millones de toneladas y la India batiendo récords con 27 millones de toneladas, un 20% más que en 2023, impulsada por un verano inusualmente cálido.
En Europa, el papel del GNL en la seguridad energética fue clave, aunque las importaciones cayeron un 19% respecto al año anterior debido a la fuerte generación de energías renovables y una lenta recuperación de la demanda industrial. Sin embargo, el invierno riguroso y la baja generación eólica hacia finales de 2024 obligaron a un mayor uso de reservas de gas, impulsando los precios, especialmente tras el vencimiento del acuerdo de tránsito de gas ruso por Ucrania el 31 de diciembre. De cara a 2025, se espera que Europa incremente sus compras de GNL para reponer sus reservas y garantizar su seguridad energética. En este contexto de alta demanda y desafíos de suministro, la industria del GNL continúa posicionándose como un actor clave en el panorama energético global y en la transición hacia fuentes más limpias.