A partir del 6 de septiembre, el Puerto de San Antonio Este comenzará a recibir 7.800 toneladas de acero para la construcción de los tanques de almacenamiento del Oleoducto Vaca Muerta Oil Sur (VMOS). Esta operación, encargada por la empresa CB&I, no sólo marca un avance técnico en uno de los proyectos energéticos más ambiciosos del país, sino que también revaloriza el papel logístico de la costa rionegrina en la transición energética nacional.
El anuncio fue realizado por el gobernador Alberto Weretilneck tras una reunión con el intendente de San Antonio Adrián Casadei y referentes del Sindicato de Obreros Portuarios (SOPSAO), donde se afirmó el compromiso político de garantizar una operación estratégica que genere trabajo y desarrollo local.

“Es fundamental para avanzar en una de las obras energéticas más importantes del país”, destacó Weretilneck.
Agregó: “Desde el Gobierno Provincial ya no la vemos pasar. Intervenimos, gestionamos y garantizamos que todo lo que se construya en nuestra tierra genere empleo y desarrollo verdadero para nuestra gente. Los recursos están en Río Negro, y también la decisión política de defenderlos”.
Desde Energía 360 proponemos ampliar la mirada: ¿qué modelo de desarrollo se pone en juego cuando el acero desembarca en nuestras costas? ¿Qué mecanismos garantizan que esa operación —en apariencia técnica— se traduzca en beneficios sostenibles y territorialmente justos? ¿Qué rol tienen las comunidades y los sindicatos en esa ecuación?
Estas decisiones logísticas no sólo movilizan toneladas, sino también sentidos: el de pertenencia, el de representación y el de una transición energética que debe incluir al territorio desde el inicio.