El titular de IRSA ligó el repunte inversor con reglas claras y anticipó que una mina en Argentina, cerrada hace una década, “se pone en producción el mes que viene”, en un contexto de expectativas crecientes para la minería.
Eduardo Elsztain, presidente de IRSA (Inversiones y Representaciones S.A), definió su enfoque empresario como “optimismo con fundamentos”: “Optimismo no es ingenuidad, es visión, voluntad y persistir, incluso cuando el contexto no ayuda”, sostuvo al participar del 15º Foro Abeceb en el Faena Art Center, donde compartió panel con Juan Martín de la Serna (Mercado Libre) y Máximo Cavazzani (Etermax).
El empresario remarcó que “poner reglas y respetarlas” es condición para destrabar inversiones y que ve un flujo “muy importante” hacia la minería argentina. Reveló que su grupo adquirió dos minas hace veinte años, una en Chile y otra en Argentina, y que la local, cerrada por retenciones y conflictos laborales, “se pone en producción el mes que viene”. “Un país crece con capital, riesgo e ideas; no puede ser un club cerrado”, añadió.
En la misma línea, ante el auditorio empresario, planteó que la estabilidad normativa y el respeto por las reglas de juego tienen “un valor infinito” para acelerar proyectos y atraer capitales, y proyectó que la minería local puede alcanzar un peso similar al de los países vecinos si se sostiene la previsibilidad.
Para la agenda productiva de la Patagonia y el resto del país, el mensaje deja una señal concreta: si las condiciones se consolidan, la inversión minera puede convertirse en un motor de empleo formal, demanda de proveedores y divisas, con impacto rápido cuando los proyectos pasan de la carpeta a la obra y, finalmente, a la producción.




