El último informe del International Copper Study Group (ICSG) anticipa que el mercado mundial del cobre mostrará un superávit en 2025, pero podría girar a déficit en 2026. El organismo advierte que el crecimiento de la demanda continuará firme mientras la producción refinada enfrenta restricciones por escasez de concentrado.
El mercado mundial del cobre se encamina a un superávit en 2025 y podría registrar un déficit en 2026, según el más reciente pronóstico publicado por el International Copper Study Group (ICSG) en su informe “Copper Market Forecast 2025-2026”, disponible en la sección de comunicados oficiales del organismo.
De acuerdo con la actualización, el ICSG proyecta para 2025 un superávit de alrededor de 289.000 toneladas de cobre refinado, impulsado por el crecimiento de la producción minera y el incremento de la capacidad de refinado global. Sin embargo, para 2026, el escenario podría revertirse debido a limitaciones en la disponibilidad de concentrado, lo que frenaría el crecimiento del refinado y podría derivar en un déficit moderado si la demanda se mantiene en expansión.
“La producción refinada primaria enfrentará restricciones por la escasez de concentrado, lo que podría reducir el ritmo de crecimiento de la oferta, en tanto que la demanda global se mantendría en alza”, advierte el informe.
Superávit moderado y tensión en el refinado
Según el ICSG, la producción minera global crecerá un 2,3% en 2025 y un 2,5% en 2026, mientras que la producción refinada (primaria y secundaria) aumentará un 3,4% en 2025, pero apenas 0,9% en 2026.
Esa desaceleración, sumada a la presión sostenida de la demanda —estimada en +2,4% en 2025 y +1,8% en 2026—, podría reducir el excedente y empujar al mercado hacia una nueva etapa de déficit.
El informe también subraya que la producción secundaria (reciclaje) será clave para compensar parte de la brecha. Se espera que el cobre reciclado crezca un 6,4% en 2026, un dato relevante para países con capacidad de reprocesamiento metalúrgico.
El cobre, entre la transición energética y la oferta limitada
El ICSG recuerda que la demanda global de cobre está directamente vinculada a la electrificación, la movilidad eléctrica y las energías renovables, factores que sostienen un consumo estructuralmente alto.
Sin embargo, advierte que la expansión de nuevas minas no está ocurriendo al ritmo necesario para acompañar esa demanda, y que los cuellos de botella logísticos y ambientales en las fundiciones podrían intensificarse en los próximos años.
Desde la perspectiva del mercado, 2025 marcaría un alivio temporal, con inventarios más estables y precios contenidos, pero 2026 podría volver a tensionar la cadena de suministro si los proyectos de ampliación o nuevas plantas de fundición no se concretan en tiempo y forma.
Un termómetro para la minería regional
En América Latina —y particularmente en países productores como Chile, Perú y Argentina— este informe refuerza la importancia de los proyectos en desarrollo.
Los analistas consideran que, si se confirma el déficit proyectado, las operaciones con mayor estabilidad logística y capacidad de procesamiento local serán las más beneficiadas, especialmente aquellas integradas verticalmente o con acuerdos de largo plazo en fundiciones.
En síntesis
- 2025: superávit de 289.000 toneladas de cobre refinado.
- 2026: posible déficit por restricciones en el suministro de concentrado.
- Producción minera: +2,3% en 2025 / +2,5% en 2026.
- Producción secundaria (reciclaje): +6,4% en 2026.
- Demanda sostenida por electrificación y transición energética.
El informe del ICSG, con sede en Lisboa, se publica dos veces al año y constituye una de las principales referencias para los mercados mineros y metalúrgicos a nivel mundial.
Sus proyecciones funcionan como termómetro para la política minera, la inversión industrial y los precios internacionales del cobre, un mineral clave para la transición energética global.