Nota de opinión
La Secretaría de Energía avanzó recientemente con nuevos lineamientos para la normalización del Mercado Eléctrico Mayorista (MEM), en un proceso que busca mayor transparencia en precios, descentralización en la gestión de combustibles y sostenibilidad a largo plazo. La instrucción fue enviada a Cammesa y se apoya en un informe técnico que traza las bases de la transición. Sin embargo, este rediseño del esquema trae aparejadas señales de precios más duras para los grandes usuarios de electricidad, que enfrentan un escenario de incrementos sostenidos si no toman medidas a tiempo.
Residenciales protegidos, grandes usuarios expuestos. El informe técnico oficial establece que la demanda residencial mantendrá prioridad en la asignación de generación de menor costo (hidráulica, nuclear, contratos vigentes), lo que garantiza estabilidad relativa en sus tarifas. En cambio, los usuarios industriales y comerciales de gran porte (GUDI) quedarán crecientemente expuestos al mercado Spot y a los nuevos mecanismos de formación de precios basados en costos marginales y factores de renta adaptados (FRA). Esto implica que, mientras los hogares estarán cubiertos en gran medida por energía asignada a precios regulados, los grandes usuarios absorberán buena parte del costo de la transición hacia un mercado más competitivo.
¿Qué dicen las proyecciones? El análisis económico incluido en los anexos del informe proyecta un impacto contundente:
- Los grandes usuarios podrían enfrentar aumentos promedio de +15% anual, que en escenarios críticos (como los meses de invierno) treparían hasta +35%.
- El precio medio para este segmento podría ubicarse en torno a 94 USD/MWh, frente a un promedio de 75–77 USD/MWh del MEM en su conjunto.
- La finalización de contratos PPA a partir de 2028 agravará aún más la exposición al mercado Spot, elevando la volatilidad y reduciendo la previsibilidad.
En otras palabras, la industria pasará a competir por abastecimiento en un esquema menos centralizado, donde los costos del gas, combustibles alternativos y transporte pesarán directamente en la factura final.
El margen de acción: eficiencia y contratos. El propio informe oficial recomienda que los grandes usuarios no queden a la intemperie de la volatilidad Spot y apuesten a la contractualización en el Mercado a Término (MAT). Asegurar contratos bilaterales de energía y potencia es la herramienta más eficaz para blindarse frente a subas bruscas y garantizar continuidad operativa. En paralelo, la eficiencia energética emerge como otra variable crítica: reducir consumos ineficientes no solo baja la factura, sino que también disminuye la exposición al precio marginal de corto plazo, que será cada vez más decisivo en la estructura tarifaria.
Un llamado de atención. El proceso de normalización del MEM no es una amenaza futura, sino una realidad que ya está en marcha. Los primeros ajustes comienzan a sentirse en 2025 y se profundizarán hasta 2028, año en el que los generadores deberán gestionar en forma plena su combustible y los usuarios industriales enfrentarán un mercado prácticamente liberalizado en precios.
La conclusión es clara: quienes no actúen hoy, mañana pagarán mucho más. Los grandes usuarios tienen en sus manos dos defensas estratégicas —eficiencia y contractualización— frente a un esquema que, de lo contrario, los dejará expuestos a una tormenta de precios.