Con una proyección de 131 mil toneladas de litio equivalente, Argentina se consolida como un actor clave en el mercado global. La producción aumentará un 75 % respecto a 2024, según datos confirmados por CAEM y la Bolsa de Comercio de Rosario.

El complejo litífero argentino avanza en su consolidación como uno de los pilares del entramado productivo nacional. Según estimaciones de la Cámara Argentina de Empresas Mineras (CAEM) y la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), en 2025 la producción nacional de litio alcanzaría las 131.000 toneladas de carbonato de litio equivalente (LCE), marcando un crecimiento del 75 % respecto al volumen estimado para 2024.
Este salto productivo se apoya en la entrada en operación de nuevos proyectos, ampliaciones de capacidad y mejoras tecnológicas en los salares de Catamarca, Salta y Jujuy, donde se concentra el núcleo del desarrollo litífero argentino.
En términos de evolución reciente, el sector muestra una aceleración sostenida: en 2024, la producción ya creció cerca de un 62 % respecto a 2023, y se proyecta que el incremento acumulado entre 2023 y 2025 sea del 185 %. Se trata de una curva de crecimiento que ubica al país en el radar de los principales fabricantes de baterías a nivel mundial.
Además del salto en volumen, también se proyecta un crecimiento en términos económicos: las exportaciones del complejo litio podrían alcanzar los 947 millones de dólares en 2025, lo que representaría un aumento del 44 % interanual respecto a 2024, incluso bajo escenarios de precios moderados.
Desde CAEM destacaron que el litio no solo representa una oportunidad macroeconómica, sino también una palanca de desarrollo para las economías regionales. En ese sentido, pusieron el foco en la necesidad de sostener estándares de sostenibilidad, trazabilidad y participación comunitaria como condiciones esenciales para consolidar la licencia social de este mineral estratégico.
Con estas cifras, Argentina se encamina a consolidarse como el tercer productor mundial de litio, detrás de Australia y Chile, en un mercado global que mantiene una tendencia ascendente y que será clave para la transición energética de la próxima década.
Producción, inversión, agregado de valor y sustentabilidad. El litio argentino avanza con fuerza y se posiciona como una de las principales promesas del nuevo mapa exportador.