“No podemos hablar de más mujeres en la industria minera si no hablamos de más minería”, afirman Mercedes Rodríguez y Jimena Barry en esta primera parte de la entrevista para Energía 360. Desde WIM Argentina impulsan políticas concretas para ampliar el cupo femenino, prevenir violencias y abrir el diálogo hacia una minería inclusiva y sostenible.
En un contexto donde la transición energética exige diversidad, innovación y compromiso social, el rol de las mujeres en la minería cobra una relevancia estratégica. En la primera parte de la entrevista exclusiva para Energía 360, Mercedes Rodríguez y Jimena Barry—referentes de Women in Mining Argentina (WIM Argentina)—comparten su visión sobre cómo la inclusión femenina está redefiniendo la industria.
“Como industria estamos en un momento bisagra, donde hay mucho interés y expectativa, en el que estamos segura que es la oportunidad de cambiar la historia de un porcentaje tan pequeño de las mujeres en la industria minera. No podemos hablar de más mujeres en la industria minera si no hablamos de más minería. El objetivo principal de WIM Argentina es colaborar para que la industria se desarrolle y en el marco de esta colaboración aumentar el cupo femenino”, explicaron.
Precisaron que WIM Argentina se creó en plena pandemia en el año 2020 y a partir de ahí comenzó a desandar un camino con muchos desafíos. Actualmente uno de ellos es el diseño de campamentos y zonas de trabajo inclusivos, un enfoque que busca mejorar la calidad de vida de las trabajadoras mineras y también fomentar la permanencia, el liderazgo y el desarrollo profesional de mujeres en la industria.
“Sólo el 4% de mujeres ocupan puestos gerenciales dentro de una participación femenina en la industria que llega al 12%, porcentaje que se ha incrementado desde que estamos trabajando con WIM Argentina”, precisaron.

Otro logro es la guía minera para prevenir y actuar ante violencias por razones de género en la industria minera. Es una herramienta concreta para promover entornos laborales más seguros, equitativos y comprometidos con los derechos humanos.
La guía propone protocolos claros de actuación ante situaciones de violencia o discriminación, capacitación obligatoria para todos los niveles jerárquicos, herramientas de monitoreo y evaluación para garantizar la implementación efectiva y un enfoque interseccional que contempla diversidad de género, edad, origen, orientación sexual y condiciones laborales. “Muchas empresas adhirieron a la guía, hay sensibilización, y además notamos que los hombres reconocen que las mujeres somos necesarias para la actividad porque colaboramos con la licencia social”, agregaron.
“La comunicación es un eje transversal, que las empresas abran el diálogo es esencial para que haya más interesados. Se trata de traspasar los mitos mineros y empezar de hablar de lo que hacemos, cómo lo hacemos, los beneficios de la industria. Para asegurar un desarrollo sostenible el diálogo debe ser abierto y conjunto, con todos los actores”, expresaron.
Por otro lado, Rodríguez y Barry destacaron el activo trabajo de WIM con las universidades para fortalecer la formación, la investigación y la inclusión de mujeres en la industria, a través de convenios, redes de apoyo, actividades que permitan que la minería se piense desde una mirada más amplia, integrando saberes técnicos con enfoques sociales, ambientales y de género.
(La segunda parte abordará cuestiones como el liderazgo de las mujeres en la actividad minera)