La empresa NRG, una de las principales proveedoras de arena para la fractura hidráulica en Vaca Muerta, está en la fase final de la construcción de una cinta transportadora subterránea en su planta de Allen. Esta innovación busca optimizar la eficiencia operativa, reducir los tiempos de inactividad y disminuir el impacto ambiental de la actividad industrial en la región.
Transporte automatizado para mayor eficiencia

El nuevo sistema de transporte reemplazará el uso de cargadores frontales, permitiendo un flujo continuo de material a través de tolvas. Esto no solo reducirá la dependencia de maquinaria pesada, sino que también contribuirá a minimizar el desgaste de los equipos y mejorar la seguridad operativa dentro de la planta.
Desde la empresa explicaron que esta transformación permitirá una reducción significativa en los costos operativos y en el impacto ambiental de las operaciones, eliminando la necesidad de grandes cantidades de diésel para el transporte interno del material.
«Este proyecto es clave para mejorar nuestra eficiencia y reducir el impacto ambiental de nuestras operaciones. La transición hacia un sistema más sustentable nos permite optimizar el uso de recursos y fortalecer la cadena de valor de la industria energética», destacaron desde NRG.
Menos emisiones, más sustentabilidad
Uno de los principales beneficios de esta infraestructura es su impacto en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Con la sustitución de maquinaria tradicional por equipos eléctricos, el consumo de combustibles fósiles se verá reducido, alineándose con las nuevas estrategias de sustentabilidad que impulsa la industria energética.
Este avance forma parte de la estrategia de innovación de NRG, orientada a promover procesos más seguros, eficientes y responsables con el medioambiente. La eliminación de palas mecánicas y la implementación de un transporte automatizado marcan un paso importante en el camino hacia una producción más sustentable.
La demanda de arena en ascenso

El desarrollo de Vaca Muerta sigue impulsando la demanda de arena, un insumo clave en la fractura hidráulica. Durante 2024 se utilizaron aproximadamente 4 millones de toneladas, y las proyecciones indican que en 2025 la demanda podría escalar a entre 5,5 y 6 millones de toneladas.
La arena proviene de canteras en Río Negro, Entre Ríos y Chubut, y su disponibilidad es un factor determinante para el crecimiento de la producción de shale oil y shale gas en Argentina.