El Gobierno nacional dio el primer paso formal para cambiar la forma en que se subsidian las facturas de luz, gas por redes y garrafas en todo el país. A través de la Resolución 484/2025 de la Secretaría de Energía, publicada el 28 de noviembre en el Boletín Oficial, se abrió una consulta pública para discutir el proyecto de Subsidios Energéticos Focalizados (SEF), con vigencia prevista a partir del 1 de enero de 2026.

El publicación oficial define que los Subsidios Energéticos Focalizados serán instrumentados por la Secretaría de Energía en el marco del “período de transición” establecido por el Decreto 465/2024. La resolución no aprueba aún el esquema definitivo: lo que hace es poner en consulta pública el proyecto de Subsidios Energéticos Focalizados (SEF) y los precios mayoristas de la energía que se usarán como base para las tarifas residenciales desde 2026. La consulta incluye el precio del gas natural en el Punto de Ingreso al Sistema de Transporte (PIST), el precio del gas propano indiluido por redes y el Precio Estacional de la Energía Eléctrica (PEST), así como la porción de esos precios que seguirá a cargo del Estado en forma de subsidio.

En paralelo, el Gobierno difundió un comunicado donde explica el espíritu del cambio: crear un régimen único y simplificado para los consumos residenciales de energía eléctrica, gas natural, garrafa (GLP) y gas propano por redes, dejando atrás la segmentación por niveles N1, N2 y N3, el Programa Hogar y la Tarifa Social de Gas como esquemas separados. En el nuevo sistema habrá solo dos categorías: hogares con subsidio y hogares sin subsidio, definidos por ingresos, patrimonio y condición socioeconómica. Según la información oficial, la ayuda se focalizará en hogares con ingresos menores a tres Canastas Básicas Totales, equivalentes a $ 3.641.397 mensuales (dato de octubre de 2025).

Un punto que el Gobierno destaca es qué pasa con quienes hoy ya reciben algún tipo de subsidio. Las personas que se inscribieron en el Registro de Acceso a los Subsidios Energéticos (RASE) no deberán volver a anotarse: sus datos se migrarán al nuevo Registro de Subsidios Energéticos Focalizados (RESEF), con posibilidad de actualizar información mediante una declaración jurada (por ejemplo, si baja el ingreso del hogar o hay una mudanza). A la vez, 3.364.065 usuarios del Programa Hogar pasarán al nuevo régimen bajo reglas homogéneas, y quienes hoy utilizan gas propano indiluido por redes y garrafas de 10 kilos podrán inscribirse a partir de enero a través de los formularios oficiales.

En el caso de la electricidad, el proyecto establece que los hogares que califican al subsidio tendrán una bonificación base del 50% sobre el valor de la energía durante todo el año, aplicada sobre un bloque limitado de consumo. Ese bloque será de 300 kWh mensuales en los meses de mayor demanda y de 150 kWh mensuales en los meses templados. Todo consumo que exceda esos topes pagará la tarifa plena, sin subsidio. En comparación con el esquema actual, esto implica menos protección para los hogares subsidiados: hoy los usuarios de ingresos bajos llegan a tener un 65% de bonificación con un tope de 350 kWh, mientras que los de ingresos medios reciben un 50% hasta 250 kWh, con un bloque más amplio y parejo durante todo el año.

En gas natural por redes, la lógica también cambia. El nuevo esquema mantiene la idea de topes de consumo diferenciados por región, pero concentra la ayuda solo entre abril y septiembre, los meses de mayor uso de calefacción. Allí se aplicaría un subsidio del 50% sobre el costo de la energía. Entre octubre y marzo no habría subsidio: en ese período todos los usuarios pagarían el precio pleno, con la salvedad de una bonificación extraordinaria prevista solo para 2026. A esto se suma otro cambio técnico: se propone un precio mayorista único del gas para todo el año; hoy el gas suele ser más barato en verano. Esto significa que las boletas de los meses templados podrían ser más altas que las actuales, aunque el Gobierno sostiene que, a cambio, el invierno se moderaría respecto del esquema vigente.

Para evitar un salto brusco en pleno arranque de 2026, la Secretaría de Energía incorporó un “colchón” transitorio. De forma extraordinaria, y solo durante 2026, se suma una bonificación adicional del 25% en enero para ambos servicios. En el caso de la luz, eso implica que quienes conserven el subsidio llegarán a una bonificación del 75% en enero (50% base más 25% extra), mientras que en gas, que no tiene subsidio estructural en verano, se aplicará directamente ese 25% adicional sobre el consumo del mes. Ese plus se reducirá gradualmente mes a mes y desaparecerá por completo en diciembre de 2026.

El anuncio vino acompañado de un dato sensible: la depuración de los padrones de beneficiarios. La propia Secretaría de Energía informó que la revisión del sistema heredado permitió detectar y corregir alrededor de 2,59 millones de casos irregulares, entre ellos 370.000 solicitudes a nombre de personas fallecidas y 15.518 hogares ubicados en countries y clubes de campo que figuraban como si fueran de ingresos bajos. El Gobierno presenta estos números como uno de los argumentos centrales para justificar un esquema más estricto y focalizado, que “termine con privilegios” y concentre los recursos del Estado en quienes realmente los necesitan para sostener consumos básicos de energía.

La consulta pública es el paso que falta antes de que el esquema quede cerrado. Según la convocatoria oficial, publicada en el sitio de la Secretaría de Energía, el proceso está orientado a recibir comentarios, aportes y observaciones que retroalimenten la propuesta de Subsidios Energéticos Focalizados, los precios de la energía y las herramientas de gestión ciudadana, “con vigencia a partir del 1 de enero de 2026”. El Gobierno puso a disposición la Propuesta de SEF, informes técnicos sobre la cobertura y la evolución del PEST y el PIST, análisis del Programa Hogar y documentación sobre cobrabilidad en electricidad y gas, además de un formulario específico para enviar aportes. El plazo para participar está abierto hasta el 19 de diciembre de 2025 inclusive.

Hasta el momento, la Secretaría de Energía no publicó un documento oficial que detalle cuántos hogares exactos mantendrán o perderán el subsidio bajo el nuevo esquema. Distintos medios difundieron proyecciones y estimaciones, pero no surgen de una base pública cerrada ni de una norma ya vigente. Medios especializados remarcan que, aunque el Gobierno anticipó que habrá aumentos incluso para quienes conserven el beneficio, la magnitud del impacto dependerá del consumo de cada hogar, de su situación patrimonial y de la evolución de los precios mayoristas.

Para provincias productoras como Río Negro y para la Patagonia en general, el debate sobre el SEF no es solo una discusión sobre números en la factura: también tensiona la relación entre Nación, entes reguladores provinciales y distribuidoras. La resolución 484/2025 define el marco mayorista y el esquema de subsidios nacionales, pero son los entes como el EPRE rionegrino y las empresas distribuidoras los que luego traducen esos parámetros en cuadros tarifarios finales, sumando el valor agregado de distribución y los impuestos locales. Lo que se discuta y se corrija en esta consulta nacional será, en los próximos meses, materia de análisis en cada provincia, donde se terminará de definir cuánto, cómo y desde cuándo se sentirá el cambio en los hogares.

En este contexto, la decisión de someter el proyecto de Subsidios Energéticos Focalizados a consulta pública abre una ventana clave para que usuarios, organizaciones sociales, gobiernos provinciales y especialistas pongan bajo la lupa un esquema que promete redefinir la política de subsidios energéticos a partir de 2026. Desde Energía 360 vamos a seguir de cerca la evolución de este proceso, con un foco especial en lo que significará para las familias, las pymes y el entramado productivo de Río Negro y la Patagonia.