La operadora británica, dedicada a la extracción de petróleo convencional en campos maduros de Río Negro, pidió su quiebra voluntaria tras acumular deudas millonarias y perder la prórroga de su principal concesión. Una pyme local asumió la operación de sus áreas para evitar la paralización total.

La petrolera británica President Petroleum atraviesa el momento más crítico desde que desembarcó en la Argentina. Con sus principales activos concentrados en Río Negro y parte de su producción en Salta, la compañía solicitó su quiebra voluntaria, argumentando que su situación financiera es irreversible. El pedido se presentó luego de un extenso período de deterioro operativo y económico, marcado por una deuda que ronda los 56 millones de dólares y que en gran parte ya es exigible, sin posibilidad de refinanciación.

El golpe más fuerte llegó a comienzos de este año, cuando el gobierno rionegrino decidió no extender la concesión de Puesto Flores más allá de 2027. Se trata de un área de extracción convencional y su bloque más productivo en la provincia, que concentra cerca del 75 % de la extracción total de la compañía. La decisión provincial debilitó aún más su posición y puso en duda la viabilidad de continuar invirtiendo en campos maduros que ya venían mostrando un marcado declive.

La producción había mostrado señales preocupantes desde 2024, con una caída del 20 % respecto del año anterior y un promedio de poco más de 1.100 barriles equivalentes diarios. A esto se sumaron problemas técnicos recurrentes, como fallas en pozos que obligaron a suspender operaciones y cortes de energía que afectaron la continuidad del bombeo. En áreas como Las Bases, la producción se redujo a cero, con varios pozos parados o en evaluación, mientras que en Puesto Prado los niveles apenas superaban los 40 barriles por día, con un rendimiento muy bajo por pozo.

En medio de esta situación, la empresa devolvió más del 50 % de la superficie de Puesto Flores–Estancia Vieja y de otros bloques como Puesto Prado, Las Bases y Angostura, lo que achicó de manera drástica su portafolio de explotación. La reducción de activos, lejos de mejorar el cuadro, aceleró el deterioro financiero: embargos, juicios ejecutivos y una calificación de riesgo degradada al mínimo fueron la antesala de la solicitud de quiebra.

Con este escenario, y para evitar la paralización total, el gobierno provincial avaló un esquema de transición que permitió que la pyme rionegrina Brava Ingeniería asuma la operación y el mantenimiento de los tres bloques que aún conserva President Petroleum en la provincia: Puesto Flores/Estancia Vieja, Las Bases y Puesto Prado. El contrato, con vigencia inicial de tres años, incluye la incorporación del personal que trabajaba para la operadora británica y el compromiso de gestionar las áreas de manera directa, sin tercerizar operaciones críticas.

Brava Ingeniería ya enfrenta el desafío de revertir la baja productividad y sostener el flujo de trabajo en yacimientos maduros, donde la inversión y la eficiencia operativa serán claves para mantener el aporte de estas áreas a las regalías provinciales y al empleo local. La empresa recibe campos con rendimientos muy dispares: mientras Puesto Flores mantiene cierto nivel de actividad con alrededor de 27 pozos activos, Puesto Prado y, sobre todo, Las Bases requieren una recuperación técnica para volver a ser productivos.

El caso de President Petroleum, podemos decir que se convierte en un ejemplo de las dificultades que atraviesan las operadoras de petróleo convencional en campos maduros en la Argentina, en un contexto de precios ajustados, limitaciones de infraestructura y exigencias regulatorias crecientes.