El gobernador Ignacio “Nacho” Torres llevará a Nación un pedido concreto: eliminar el 8% de retenciones a la exportación de crudo para recomponer la ecuación de la Cuenca del Golfo San Jorge. Las operadoras firmaron que cada dólar adicional se reinvertirá en la cuenca. El planteo sintoniza con lo que pidió Alejandro Bulgheroni (PAE) en el Energy Summit.
El caso Chubut entró en “modo decisión”. Tras una mesa con gremios petroleros, camioneros y la construcción en Comodoro Rivadavia, Torres confirmó que irá a la Casa Rosada, con cita con el ministro del Interior, Guillermo Francos, para exigir la eliminación del 8% que hoy grava las exportaciones de crudo, como informó el medio Eolo Media, El gobernador sostiene que la baja “reforzaría las inversiones” y lo ata a un compromiso escrito de las compañías: reinyectar cada dólar adicional de ingreso en perforación, recuperación secundaria, mantenimiento e infraestructura de la Cuenca del Golfo San Jorge, con impacto directo en empleo y proveedores.
El pedido no aparece en el vacío. Chubut ya movió primero: redujo regalías en áreas maduras para evitar cierres técnicos y mantener equipos de torre activos; ahora busca que Nación complete el esquema llevando a cero el derecho de exportación sobre el crudo. La secuencia, alivio provincial + alivio nacional condicionado a reinversión, es la “palanca” que la provincia plantea para cortar la inercia de declino y estabilizar la base de actividad.
La mesa política/sindical en Comodoro cristalizó un reclamo unificado: sindicatos, municipio y autoridades provinciales avalaron que la quita de retenciones es condición para sostener equipos y encadenamientos en la cuenca centenaria. La señal incluye cronogramas de inversión ya comprometidos para 2025 y un anticipo de planes 2026 que, según el gobierno provincial, se ampliarían si mejora la ecuación tributaria.
En términos de industria, el punto es contable pero decisivo: en cuencas convencionales, la combinación de declino natural, costos mayores y una retención del 8% vuelve marginales muchos proyectos. Al eliminarse el tributo, aumenta el flujo por barril exportado y, bajo el formato acordado, esa mejora no se “fuga”: se ancla en la cuenca vía más metros perforados, recompletaciones y servicios, que es donde se genera empleo y se apalanca el ecosistema pyme. Es, además, una forma de sincronizar incentivos públicos y privados: la provincia resigna parte de la recaudación vía regalías; Nación resignaría el 8% de exportación; y las empresas convalidan por escrito la reaplicación inmediata de ese diferencial en capex local.
Como informó E360°, el tono nacional de la discusión lo marcó el propio Alejandro Bulgheroni (PAE) días antes, cuando afirmó en el Energy Summit que “Argentina va a crecer cuando no tenga impuestos a las exportaciones” y ubicó la baja de retenciones como condición para escalar inversiones y exportaciones energéticas. Chubut toma esa línea y la territorializa en una cuenca madura, con una cláusula de reinversión que apunta a despejar la objeción clásica de “costo fiscal sin contraparte productiva”.

La experiencia reciente ofrece un precedente: a nivel nacional, el Gobierno ya redujo retenciones en el agro y luego avanzó con una baja permanente, bajo el argumento de que el alivio tributario acelera exportaciones y liquidaciones. El razonamiento que lleva Chubut a la mesa es similar, pero aplicado a hidrocarburos y con un acuerdo de reinversión verificable como condición. Si prospera, el caso puede convertirse en modelo para cuencas convencionales que compiten por capital con proyectos no convencionales.
¿Qué miran ahora los decisores? Primero, la letra fina: si la quita del 8% se instrumenta por decreto o requiere ley, y cómo se fiscalizará la reinversión (tablero de control, metas, plazos y auditorías). Segundo, la trazabilidad del capex: que la mayor caja se traduzca en equipos en campo, no en reemplazo de inversiones ya previstas. Tercero, el efecto empleo: recuperación de cuadrillas y previsibilidad de contratos para pymes de servicios. Cuarto, la coordinación Nación/Provincia/operadoras para que el alivio no se diluya en la macro y sí se vea en volúmenes, curvas de declino y actividad. En paralelo, el gobierno provincial sostiene que la medida ancla expectativas y frena la migración de equipos hacia otras cuencas más competitivas, un riesgo mencionado por cámaras y sindicatos.
El tablero, en síntesis, quedó así: Chubut pide eliminar el 8% a las exportaciones de crudo y pone sobre la mesa baja previa de regalías; las compañías firman reinvertir cada dólar adicional en la cuenca; los sindicatos acompañan con el argumento empleo/actividad; y Nación debe decidir si prioriza la señal pro-inversión en una cuenca madura a cambio de un compromiso productivo mensurable. Si la medida avanza, el primer termómetro será simple: más equipos de torre, más obras y menos declino en el Golfo San Jorge. Si se frena, la factura se verá en capacidad ociosa y una aceleración de la pérdida de masa crítica.