En un contexto donde la energía se consolida como un actor clave en la economía provincial, es fundamental familiarizarnos con términos y conceptos que hasta hace poco eran desconocidos para muchos. Río Negro atraviesa un momento trascendental que está redefiniendo su idiosincrasia, y estar informados nos permite entender cómo este nuevo panorama energético impacta en nuestra realidad y nos conecta con el mundo.

El shale, o esquisto en español, es una roca sedimentaria compuesta principalmente de minerales arcillosos y pequeñas partículas de cuarzo, calcita y materia orgánica. Esta roca tiene una característica distintiva: su baja permeabilidad, lo que significa que los fluidos, como el agua, el petróleo o el gas, no pueden fluir fácilmente a través de ella. ¿Qué queremos decir con esto? Para ser más claros, el petróleo y el gas están atrapados dentro de la roca y por esto no sube a la superficie naturalmente sino que debe actuar la mano del hombre para que esto sea posible.

En el contexto energético, el shale es importante porque contiene hidrocarburos no convencionales, como el shale gas (gas de esquisto) y el shale oil (petróleo de esquisto). Estos recursos están atrapados en los poros de la roca y requieren técnicas específicas para su extracción, como la fractura hidráulica (fracking) y la perforación horizontal.

Es necesario saber también características claves del shale como su composición, ya que este es rico en materia orgánica, lo que lo convierte en una fuente potencial de hidrocarburos. También es importante saber de su estructura, ya que es una roca laminada, lo que le permite dividirse en capas finas.Y por último también es factible saber que el shale es debaja permeabilidad y por esta razón los hidrocarburos están atrapados en microporos, lo que dificulta su extracción mediante métodos tradicionales.

Argentina cuenta con enormes reservas de shale, principalmente en Vaca Muerta, una formación geológica ubicada en la provincia de Neuquén y que abarca en menor parte a las provincias de Río Negro, La Pampa y Mendoza. Vaca Muerta es considerada una de las mayores reservas de petróleo y gas no convencional en el mundo, y su explotación es clave para la economía y la transición energética del país.