Con datos consolidados a noviembre, Loma Campana y La Amarga Chica se alternan el liderazgo. Bandurria Sur y La Angostura Sur I también aparecen entre los bloques de mayor aporte, mientras que el único “intruso” es Bajada del Palo Oeste, operado por Vista.
YPF volvió a quedar en el centro del mapa productivo de Vaca Muerta: con los registros más recientes, la compañía opera cuatro de los cinco bloques de mayor volumen de shale oil de la formación. En el ranking aparecen Loma Campana, La Amarga Chica (en sociedad con Vista), Bandurria Sur y La Angostura Sur I. El único desarrollo del top 5 que no opera YPF es Bajada del Palo Oeste, de Vista Energy.
Detrás de esa foto de noviembre, el detalle de dinámica productiva se entiende con los indicadores de octubre relevados por Aleph Energy, la producción no convencional habría crecido 3,8% mensual (unos 21.000 barriles diarios adicionales) hasta rondar los 573.000 barriles por día, con YPF como principal motor del salto, aportando cerca de 17.000 barriles diarios del incremento.
En ese mismo corte, La Amarga Chica habría marcado un punto de inflexión al ubicarse por primera vez por encima de Loma Campana en volumen, con un récord cercano a 88.000 barriles diarios, tras un avance mensual del 12,3%. Loma Campana, por su parte, mantuvo un aporte estable dentro del núcleo histórico del shale, sosteniéndose entre los activos de mayor peso del país.
Más abajo en el ranking, Bandurria Sur siguió siendo una pieza estructural del portafolio de YPF, aunque con una corrección respecto de su pico de agosto (cuando rondó los 70.000 barriles diarios, siempre según el mismo set de indicadores). Y La Angostura Sur I mostró uno de los saltos mensuales más notorios, consolidándose como otra de las áreas clave del top de producción.
El predominio de YPF en los “bloques grandes” no es solo una anécdota: en términos de concentración, análisis sectoriales recientes marcan que un puñado de áreas explica una porción muy significativa del shale oil argentino y que, dentro del top ten, aparecen nuevamente La Angostura Sur I y Aguada del Chañar junto a otros desarrollos relevantes de la cuenca.
Para la agenda de Río Negro, el dato tiene una lectura directa: cuanto más se consolida la producción en los bloques líderes de Vaca Muerta, más presión (y oportunidad) se traslada a la infraestructura de evacuación y exportación que mira hacia el Atlántico. En la práctica, el desempeño de estas áreas es uno de los insumos que explica por qué proyectos como el corredor exportador y la agenda de GNL ganan centralidad en la Patagonia.





